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El Tren

  • Writer: Carlos Araujo
    Carlos Araujo
  • Feb 6, 2023
  • 5 min read

Viene mi tren...



2022, es un domingo, un domingo sin mucho que hacer, más que ayudar a personas que quiero, no cuesta mucho, no me pesa, es un domingo cualquiera en la “no tan gris” capital de Alemania, llueve por ratos, esa lluvia molesta que combinada con el frío te quema la cara, molesta, te causa los resfriados de los que te advierten en los comerciales, cuando hay viento, frío, y lluvia… Pero que iba a saber yo de frío si hace no mucho más que un año que no salía del trópico…


*Pasa un tren*


Pero bueno, sigo escribiéndoles para contarles lo que pasa a mi alrededor, ha sido un día de vías de tren, de tranvías, de tránsito, de ahorrar esperando, de sentirme un ínfimo grano de arena en este gigante universo, en esta gran galaxia, en este planeta pequeño en este micro-mundo que forma solo una partícula más de todo esto. Y a veces uno reflexiona, que pasaría si me fuera.


*Se acerca un tren*


No, amigos, no me estoy yendo, las teclas aún siguen sonando, sigo pensando en que dice uno antes de irse, y cuando al final es su turno, y, como todos los tranvías, trenes, autobuses, le llega su turno de partir, a todos nos llega el nuestro, con destinos inciertos, donde el único comfort es creer, o presumir, quizá, que hay algo después o más lejos que esto para nosotros.


*El tren se va, enciendo un cigarrillo*


Pero, si es que estoy en la estación, en la puerta, en el lugar que me ha tocado estar, y es mi hora de partir, que fuese lo que dijera? En quién estaría pensando? A quién me pesaría dedicarle estos últimos momentos?


*Llega otro tren, sigo fumando*


Me cuesta pensar en una sola persona, y me van a disculpar, no soy muy bueno expresando gratitud de cosas no inmediatas, de gestos amorosos que no lograré recompensar en 9 vidas… Pero no me consideren ingrato, por favor, no es que no piense en ustedes, es que no me logro ordenar en realidad, esto de no estar, esto de no poder decirlo, esto de no poder recordarlo no es algo agradable.


*Se acaba el cigarrillo, tomo agua, no se ha ido este tren*


Pero primero que todo, a la persona que me amó primero, con gran pesar, y más lágrimas de las que puedo contar me voy sin verla a la cara, no tengo como, mi rostro palidece pensando que esto me causa culpa, le estoy haciendo sufrir, consciente o inconscientemente, es uno de esos “Catch-22” de la vida, no planeo esto, pero no puedo no pensarlo.


Cómo le pido disculpas? Cómo le sigo hablando donde sea que me vaya? Cómo voy a decirle que aunque no esté, estoy? Cómo le digo que siempre le quiero escuchar, que siempre le voy a extrañar, que siempre le voy a dejar mis consejos más valiosos, los mismo que algún día le dije no pedir, pero supe necesitar…? Cómo le digo que debo salir? Cómo hago para encontrarla en otra parte, excusarme, pedir disculpas?… opción tuve, pero a veces uno no escoge las cosas, perdón, me pesa la espalda, un nudo raro en mi estómago.



*Sale al fin el tren, todos se van, ninguno se queda, la estación es eso, solo una parte del proceso*



A mis amigos, los de verdad, los que saben quien soy, lo raro, lo bueno, lo malo, lo imperfecto. Como les digo que los trenes siguen partiendo, como les explico que a veces tomar un tren sin retorno es lo que queda, como les explico que a pesar de tener el privilegio de elegir, elija este, elija el de ser otro ser transitorio en este lugar, en este frío, en esta lluvia de cielo gris, un mismo cielo que me causa comfort, un mismo cielo que hemos compartido en diferentes puntos de nuestras vidas, un cielo que me recuerda el absurdo de coincidir con ellos, un cielo que me recuerda de todo, las conversaciones, las competencias


estúpidas, los argumentos sin sentido, lo improbable de que un par de extraños se conozcan, crucen palabra, y después de esto quien dejar d ser extraños… Que belleza lo improbable, que increíble ser amigos por que nos gusta el mismo ruido, el mismo caos, lo mismo, en general. No me despido, no me gusta despedirme, no lo hice hace un año, no lo voy a hacer ahora, no me voy, solo que creo que viene mi turno.


*Un. Anuncio suena, mi tren viene pronto, ya no tengo agua*


Cómo me voy a olvidar del capítulo más reciente de mi vida, el accidente más hermoso, el partido del domingo del futbol que me cambió la vida? Cómo olvidarme de eso? es imposible, si es que hemos condensado 23 1/3 de vidas en menos de un año, yo ya no sé quien soy “sine qua non”, no sé como pasó, pero pasa, sucede, las canciones tienen sentido, las mariposas ridículas se van, pero ella se queda, no quiero irme sin que esté, no quiero estar en un lugar donde no la encuentre. No puedo sino agradecer esta interrupción hermosa del destino, que me permitió encontrarle ahora, no antes, no después, ahora mismo, mientras se acerca el puto tren, ese que me roba el tiempo, ese tren me molesta, me da asco, me cambia los planes, es abrupto, veo el reloj, la hora se acerca, no quiero despedirme, no puedo despedirme, no puedo decir lo mucho que me da asco que sea la hora, especialmente por esto, porque mi tren me lleva, mi viaje se alarga en otra parte, me lleva lejos, cuando quiero, necesito estar cerca… no sé como me voy, no entiendo como pasa esto, no sé como decir adiós, no voy a decir adiós, pero necesito despedirme… no tengo las palabras… lo único que puedo pensar, es recordar las palmeras, sí, eso es! Las palmeras, porque si donde voy hay palmeras, me voy a acordar de esto, quiero que hayan palmeras… eso es.


Búscame donde haya palmeras, solo eso.


*El reloj marca la hora, en cualquier momento se acerca el tren*


Ya no sé ni como ordenar mis despedidas, son muchas, son demasiadas, no tengo tiempo, me ahogo, es incómodo, hay lágrimas, hay molestia, hay ira, hay de todo, siento que es mi culpa, la culpabilidad me lleva más lejos, me abstrae, debo subirme al tren, todo se vuelve rápido, no logro alcanzar todo mi equipaje, veo con angustia mi puerta, estoy en la puerta correcta, no tengo un billete, no tengo nada en mis bolsillos, no tengo nada, se acabó todo.


+Me despierto+


*el tren se atrasó, el tren no llega ahora, me siento en la estación, sonrío, disfruto un rato más de un cielo gris, enrollo otro cigarrillo, e inhalo, y exhalo, otra vez, como siempre.*





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